martes, diciembre 31, 2002

Último día...

(Austral Temuco 31 diciembre 2002)

Como no acordarse del dicho “último día nadie se enoja”, el que se escucha desde siempre al finalizar el período anual de clases en toda escuela o colegio. Con las regiones, pareciera que siempre es “el último día”, ya que se abusa de este dicho, por parte de los políticos centralistas que manejan el poder, probablemente pensando en que nunca nos enojaremos y tomaremos medidas mas audaces en contra del sistema. Al analizar retrospectivamente los hechos políticos desde el punto de vista de la regionalización, hoy se cumplirá un año más sin que las regiones puedan elegir a los consejeros regionales y tampoco a los intendentes regionales, pese a que todos los sectores políticos, desde los últimos dos Presidentes para abajo, lo prometieron en las últimas campañas presidencial y parlamentaria.

Sin embargo, nos tienen llenos de gestos y golosinas, como la capital cultural para que Valpo no se ponga achorado, aunque Chillán quede taimado, pero no importa los votos de Pancho son los que pesan. El cierre de la campaña y la celebración de tal o cual día en Concepción para que no se vayan a picar los penquistas, pero a la hora de decidir, aun somos niños de pecho para el centralismo. Lagos frente a la prensa regional, se la saca luciendo el 52% de inversiones de decisión regional, lo cual no cuadra, ya que en Chile, como lo expresa Felipe Bernstein, “solo se entrega un magro 7% de sus ingresos totales fiscales a los municipios, un 2% a las regiones y el nivel nacional se queda con el 91%. Muchos en la capital confunden "delegar" con "descentralizar", lo que es grave ya que una cosa es entregar recursos pero "amarrados" a lo que quiere "alguien del nivel nacional" y lo otro es realmente entregar autonomía”.

Llevamos mas de 20 años diciendo que vamos a descentralizar en los dichos, pero sin creer en el fondo en las personas y sus territorios. Llevamos 12 años del regreso a la democracia y los compromisos se los sigue llevando el viento, en España después del pacto de la Moncloa no pasaron mas de 5 años y la descentralización se hizo. Acá seguimos diciendo mande patrón o agachando el moño a todo nivel, tanto público como privado, esperando que los de la capital se dignen a mirarnos y cedernos alguna migaja.