martes, diciembre 17, 2002

Pensar Chile

(Austral Temuco 17 diciembre 2002)

Leyendo recientemente un recuerdo que hacía Sergio de Castro economista y ex ministro de Estado sobre Emilio Sanfuentes, sociólogo de la UC, quien fuera artífice de "El Ladrillo", este expresaba que “cuando el país se estaba desintegrando, fue Emilio el que nos contactó con Roberto Kelly y el almirante Merino”. Otra historia tendríamos hoy en día si no hubiera existido el famoso “Ladrillo”, quien sabe, a lo mejor los militares hubieran escogido otros cursos para el desarrollo económico nacional. Lo triste de lo anterior, es el constatar lo frágil que es nuestro país en esta materia, donde nadie piensa de manera sistemática el como enfrentar los grandes desafíos para su desarrollo futuro, solo intentos individuales de personas y organizaciones muy bien intencionadas, pero de hacer las tareas en serio muy poco o nada. A lo más se tira una que otra linea apresurada para los programas de gobierno con miras a las elecciones presidenciales, pero como todos saben, estas están teñidas por los compromisos partidarios, el corto plazo y el apresuramiento político, por lo cual es imposible visualizar al país en su proyección de largo alcance.

Aprovechando la coyuntura política actual, donde se analiza el financiamiento de los partidos, es factible imaginar que éste se canalice vía instancias que aseguraran el poder pensar Chile en serio y a largo plazo, buscando el consenso en las grandes reformas que el país requiere. Por esta vía, se podría incentivar el surgimiento de institutos descentralizados territorialmente y/o alianzas estratégicas de distintas instituciones, que piensen, investiguen y desarrollen nuevas teorías para el país en materia socioeconómica y política, cubriendo las distintas tendencias. Todo esto “contra proyectos” financiados y evaluados por el país y cuyos trabajos se expongan y discutan abiertamente y se confronten de cara a las comunidades de académicos, investigadores, cientistas, políticos, medios y comunidad en general. Así podrá surgir lo mejor para Chile y cuando estos logren amplios consensos, podrán ser recogidos por los gobiernos futuros y/o los que están en ese momento a cargo de la nación.